¿Es mejor una olla a presión o de cocción lenta?
Cada vez tenemos más tipos de ollas diferentes en casa y conviene saber cuáles son las características de cada una para darles el uso más adecuado. Aunque parezca que las ollas a presión y de cocción lenta solo se diferencian en los tiempos de cocción, nada más lejos de la realidad, pues lo cierto es que tienen formas de funcionar muy diferentes.
Sigue leyendo este artículo para descubrir cómo es cada una y si es mejor una olla a presión o una olla de cocción lenta para cocinar tus recetas favoritas, pues tienen aspectos en común, pero también muchas diferencias.
¿Cómo funcionan las ollas a presión y las ollas de cocción lenta?
Lo primero de todo es entender cómo funciona cada uno de estos tipos de olla. Aunque los alimentos que se pueden cocinar en ellas pueden ser más o menos los mismos, su manera de cocinarlos sí es diferente.
Temperatura
Por un lado, las ollas de cocción lenta funcionan a una temperatura baja con la que los alimentos se cocinan en periodos de tiempo muy largos, a veces superiores a las 10 o 12 horas. Por otro lado, las ollas a presión cuecen los alimentos a muy altas temperaturas con el fin de que tarden muy poco tiempo en cocinarse, en la mayoría de ocasiones menos de una hora.
Complejidad y seguridad
A nivel de complejidad, las ollas de cocción lenta son muy sencillas, ya que suelen incluir dos o tres funciones especiales y por lo demás solo hay que echar los alimentos y esperar a que se cuezan. En el caso de las ollas a presión, la seguridad juega un papel fundamental, ya que la tapa no se puede abrir hasta que la presión haya salido, lo que supone una mayor complejidad de construcción.
¿Cuándo conviene usar la olla a presión y la olla de cocción lenta?
A veces sucede que no es mejor un tipo de olla que el otro, sino que simplemente cada una es mejor para tipos de situaciones diferentes. Si tenemos en cuenta el resultado, que es, al fin y al cabo, lo que más nos importa, tanto una como otra consigue platos de comida como los de antaño: sabrosos, saludables y tiernos.
Otra ventaja que tienen en común es que puedes cocinar todo tipo de alimentos, desde guisos hasta sopas, pasando por verduras, carnes, pescados o postres. Por ello, tengas los gustos que tengas, tener una olla a presión o de cocción lenta en casa será muy beneficioso para tus comidas.
¿Cuándo usar la olla de cocción lenta?
La olla de cocción lenta se ha vuelto muy popular por una sencilla razón: cada vez tenemos menos tiempo para cocinar. Y es que gracias a las ollas de cocción lenta podemos dejarla puesta antes de irnos al trabajo y cuando volvamos la comida estará lista. Lo mismo podemos hacer mientras dormimos por la noche o cuando salimos a hacer un plan de ocio.
Asimismo, suelen tener un temporizador gracias al cual puedes saber a qué hora exacta va a terminar de cocer la comida e incluso cuentan con una función que permitirá que mantengan la comida caliente hasta la hora en que queramos disfrutarla. En definitiva, las ollas de cocción lenta nos permiten no tener que estar todo el tiempo pendiente de ella.
Por último, este tipo de ollas son ideales para aquellas recetas que requieren echar ingredientes en diferentes fases de la cocción, ya que en las ollas a presión la tapa no se puede abrir hasta el final.



